Sexo, malas inversiones y escándalos: la ruina de los deportistas

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¿Saben quién es la persona con más seguidores en redes sociales de todo el mundo? No, no es Kim Kardashian, ni Elon Musk, ni siquiera Trump o Biden, políticos que con sus decisiones determinan nuestro futuro. Es un jugador de fútbol. Cristiano Ronaldo, para ser más concretos. El portugués, actualmente en las filas del Manchester United en su segunda etapa con los red devils, amasa más de 460 millones de seguidores en Instagram. Una cantidad que ninguna otra persona ha llegado a conseguir, ni siquiera a acercarse. Estrellas como Lebron James quedan todavía muy lejos del talentoso delantero luso, y esto da también una buena imagen de la importancia del fútbol en la sociedad. Los jugadores ya no son solo ídolos para un sector concreto de aficionados. Son verdaderas estrellas a nivel global, por encima incluso de cantantes, modelos o actores famosos. Y esto hace que su vida también se haya convertido en un auténtico espectáculo.

Estar continuamente expuesto ante tal cantidad de seguidores puede ser algo difícil de asimilar. Ganarse la vida con el deporte ya es un sueño para muchos, pero es cierto que también tiene una contrapartida. La vida laboral del deportista de élite suele ser corta, y al llegar a cierta edad, la mayoría deben retirarse y buscar nuevas vías para seguir activos. Es cierto que muchos siguen vinculados al deporte que han practicado, ahora como técnicos o entrenadores. Abren gimnasios, tienen negocios de todo tipo, realizan inversiones… El tren de vida que un futbolista profesional de la élite tiene es complicado de mantener cuando deja de cobrar varios millones por temporada. Pero los que han sabido gestionar bien su dinero logran tener una vida muy plácida, disfrutando de la familia y de todo lo que no podían gozar por el sacrificio deportivo. Lo peor de esto es que esos deportistas no son, por desgracia, la mayoría. De hecho, solo una pequeña parte de los deportistas profesionales consiguen salvarse de la ruina en los años posteriores a dejar el deporte. Con todo lo que ganan, uno podría pensar que es casi imposible arruinarse, pero la mayoría de ellos no saben invertir o gestionar las fortunas, y terminan muy mal…

Jóvenes muy ricos

Hay que pensar en lo que les ocurre a estos deportistas de élite cuando llegan a lo más alto. Chicos de 20 años ganando millones de euros por temporada, asistiendo a fiestas, con jets privados, con casas impresionantes… Son jóvenes y aunque saben ser profesionales, tampoco se cortan a la hora de disfrutar de todo lo que esa fortuna les puede dar. Se acostumbran, desde muy temprano, a vivir con todo tipo de lujos. Y eso puede ser contraproducente cuando, llegado el momento, no hay tantos ingresos en la cuenta corriente. Los futbolistas, a esa edad, sienten que están en la cima del mundo, y que la buena racha no terminará jamás. Pero no han sido pocos los casos en los que, por una lesión, por una mala temporada o por cualquier otro problema, las carreras de los chicos más prometedores se truncan antes de tiempo. Y entonces ellos se quedan a merced de sus propios deseos por seguir con esa vida lujosa que ya no se pueden permitir.

Una vida deportiva muy corta

En el mejor de los casos, la vida de un deportista profesional suele durar unos 20 años. En algunos deportes es, de hecho, mucho más corta, casi de la mitad. Las gimnastas de más de 25 años ya se consideran demasiado “mayores” para determinados ejercicios. Esto hace que la trayectoria profesional de estos deportistas, al menos a primer nivel, sea muy corta. Y claro, no todos ganan las millonadas que los clubes dan a los futbolistas en las mejores ligas, o a las estrellas de la NBA. Hay deportistas que sobreviven con un sueldo normal en un club de segunda, o en deportes no tan seguidos como el balonmano, el hockey o el waterpolo. Viven en muchas ocasiones de sponsors, o de los premios que ganan en torneos. Pero cuando llega el momento de la retirada, todos miran la cuenta corriente con preocupación.

Para la mayoría, esos años han sido de despilfarro, viviendo la vida que les corresponde como millonarios que son. En muchos casos ni siquiera han tenido en cuenta lo que pueda pasar en el futuro, y no han hecho apenas inversiones. Dada la volatilidad de su trabajo, los deportistas suelen cambiar mucho de ciudad para vivir, así que están comprando casas cada año, o alquilándolas a precios desorbitados. Lo que ganan durante esos años activos puede ser una fortuna, pero si no saben gestionarla, eso desaparece al poco tiempo de retirarse, cuando el dinero ya no entra en la cuenta corriente y todo son gastos. Incluso aquellos que siguen vinculados al deporte suelen ganar mucho  menos dinero que cuando eran profesionales de primer nivel.

Prostitutas y amantes, su perdición

¿Qué lleva a estos deportistas a perder toda esa fortuna en tan poco tiempo? Son varios factores los que amenazan con arruinarles por completo. El juego es uno de ellos, ya que muchos se vuelven adictos a él cuando pueden perder 200.000 dólares en una noche y no sentir apenas dolor en la cartera. Los lujos caros, como coches, relojes y joyas, aviones privados y demás, también suelen provocar un gran agujero en sus cuentas corrientes cuando los ingresos descienden. Y luego están las mujeres. Tanto las amantes ocasionales como las prostitutas suponen un peligro enorme para los deportistas, a nivel económico y también  social. Y es que muchos han perdido parte de su fortuna en divorcios donde sus parejas se han llevado mucho dinero, o han gastado fortunas en acostarse con profesionales del placer.

Esto no solo afecta a su gestión económica, sino también a su vida privada. Deportistas de élite como Tiger Woods o Wayne Rooney han reconocido haber tenido problemas maritales por estar con otras mujeres. La adicción al sexo, de hecho, es bastante común entre estos deportistas de élite, acostumbrados también a disfrutar de relaciones de una noche con las fans y seguidoras. Son  jóvenes, ricos y famosos, y todas las mujeres quieren acostarse con ellos. Sin embargo, esto puede acarrearles problemas incluso con patrocinadores, como ocurrió con Woods, que perdió una fortuna por culpa de sus infidelidades, rompiendo Nike su contrato millonario con él.

Muchos acaban en la ruina

Paul Gascoine, Dennis Rodman, Boris Becker, Iván Zamorano… Además de ser grandes deportistas y estrellas en su momento, estos nombres comparten también una terrible coincidencia. Todos han terminado en la ruina, a pesar de haber ganado mucho dinero cuando estaban en lo más alto. Las adicciones a las drogas, al sexo o las malas inversiones, han hecho que estas estrellas acaben en situaciones bastante lamentables. El caso de Gascoine es uno de los más sangrantes, ya que el jugador inglés ha sido visto en las calles de su ciudad pidiendo dinero  y vestido como un vagabundo. El saber gestionar la fortuna cuando te llega es también vital para conseguir que tu vida vaya más allá del deporte. Algunos lo consiguen, otros… sencillamente se dejan llevar por el lujo.